Pues no es para tanto

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Pssssss, hay cosas que están sobrevaloradas. Una de ellas es el tamaño del amigo, como muestra el autorretrato que os he puesto aquí arriba.
Yo antes estaba acomplejado con el tamaño de mi amigo, por eso fui a un cirujano plástico para que me hiciera una reducción: no os imagináis que difícil era conducir, pues me tocaba el pedal del freno... Además, en la playa salía del agua e iba dejando en la arena las huellas de los pies, y en medio una raya, y claro, la gente me miraba raro.
Así que nada, después de la operación me quitaron unas tres cuartas partes que dejaron almacenadas en un tanque, y me lo dejaron en unos modestos 30 cm. ¿Para qué más?
PD: Correcto, ese ruido que habéis oído de cadenas y sábanas era yo: soy un fantasma, en realidad son 29'5.

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